Seis unidades del milenio llenan de color y esperanza la Amazonía

Quito, 13 de abril de 2015
Quito (Pichincha).- Ahora tenemos escuelas dignas”, resaltan los docentes que trabajan en las seis Unidades Educativas del Milenio (UEM) abiertas en la Amazonía. Instituciones destinadas a cambiar la historia de ese sector del país.
José Manuel Cabrera empezó hace 38 años su compromiso de formar a los jóvenes amazónicos. “Trabajé en la localidad San Francisco del Vergel (cantón Palanda), la escuela no contaba con sillas para los estudiantes (…) Eran condiciones totalmente inhumanas, era una comunidad sin agua, sin luz, sin alcantarillado que comparado con lo que hoy tenemos, es impensable”.
“Ahora tenemos una excelente infraestructura y con todo el equipamiento necesario y sobre todo el compromiso de los maestros de cambiar la educación”, resalta Cabrera.
Este sector, ubicado en la zona de influencia del proyecto minero Fruta del Norte, es beneficiada con las regalías mineras anticipadas que maneja la empresa pública Ecuador Estratégico.
Esta moderna infraestructura educativa acoge a 1.450 estudiantes desde el nivel inicial al tercer año de bachillerato, quienes tienen acceso a alimentación y transporte seguro que cubre el Ministerio de Educación.
Manuel Cabrera, al igual que sus 74 compañeros profesores, se prepara cada día para ser protagonista de la educación del futuro. Tiene capacitación constante aprovechando la tecnología que ahora dispone.
“Esto hace 10 años no existía. Ahora esta Unidad Educativa del Milenio está a la categoría de las grandes ciudades y eso es digno de alegría”, reconoce. El desarrollo es innegable, ahora los profesores trabajan con pizarrones digitales, Internet, laboratorios para formar estudiantes competitivos. “Estamos felices”, reitera.
Julián Curimilma, estudiante de Bachillerato, está satisfecho de ser beneficiario directo de la Revolución Ciudadana. “El cambio es grande, la infraestructura es hermosa, nos sentimos a la altura de los demás colegios y tenemos más información para acceder a la universidad”.
Amparo Vega, madre de familia, coincide con la alegría del maestro y del estudiante. Ella está convencida que se vive una nueva era pedagógica. “Estamos orgullosos y contentos de ver este sueño hecho realidad”.
Tomado de El Ciudadano