Que vivan los ecuatorianos se escuchó en Corrientes

Quito (Pichincha) .- La piel se puso de gallina y los ecuatorianos aguantaron las lágrimas cuando Leonardo Rivadeniera entonó los primeros acordes de la vasija de barro. Él es otro ecuatoriano que emigró a la Argentina, lo hizo hace 43 años y en esta nación se casó, tuvo sus hijos, ahora es abuelo y está presentando su tesina para su postgrado en la Universidad de Buenos Aires.
Él dijo que en Argentina se convirtió en persona, que encontró el apoyo que no tuvo en su Patria. De niño sufrió polio y hasta ahora usa dos muletas para poder caminar.
«En Argentina me hice persona. Ahora veo que en mi país se respeta a las personas», dijo Leonardo y se quebró la voz, porque el trabajo de la Misión Manuela Espejo cruzó las fronteras.
«En Ecuador se está haciendo milagros», nuevamente dijo emocionado el cantante, gracias a vos mi querido presidente».
Leonardo no fue el único que se presentó en el Centro Cultural, también estuvieron Bejuco que emocionó y sacó sus mejores aplausos con el ritmo de la marimba esmeraldeña. Los jóvenes de la «humilde orquesta» que entonó éxitos de la troba urbana ecuatoriana.
El cuarto grupo fue el trío de los hermanos Saenz. Dos chicos y un hombre sacudieron a los ecuatorianos al cantar Ángel de Luz, Atajitos de Caña y Mi Lindo Ecuador… «Que vivan los ecuatorianos en el mundo entero», gritaron los compatriotas en el teatro de la avenida Corrientes en el Gran Buenos Aires. CIT / El Ciudadano