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Presidente Lenín Moreno: “ser anfitrión de este 174° periodo de sesiones de la CIDH, marca realmente un hito para el país”

Quito, Pichincha ­El presidente de la República, Lenín Moreno, lideró la inauguración del 174° Periodo de Sesiones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), desarrollada la mañana de este viernes 8 de noviembre en la ciudad de Quito. Este evento marca un hito histórico, pues es la primera vez que el organismo regional efectúa uno de sus periodos de sesiones en Ecuador.

El Primer Mandatario resaltó que este hecho “refleja la importancia que, ahora, Ecuador otorga al Sistema Interamericano de los Derechos Humanos, en general, y al funcionamiento de la Comisión y sus mecanismos de trabajo, en particular”. Y destacó el reencuentro del país con la Organización de Estados Americanos (OEA) tras una década de injusto alejamiento y crítica contra esta organización y su Comisión por parte del gobierno anterior.

El Jefe de Estado también enfatizó que en materia de derechos humanos importa la defensa de la verdad, siguiendo los principios que ya están instaurados en el debido proceso de las instancias judiciales nacionales y que están adaptados en los reglamentos de los órganos del Sistema Interamericano. “Mi Gobierno entiende que los derechos humanos son los cimientos sobre los que se asienta el Estado moderno”, puntualizó.

Señaló que los derechos humanos exigen a los Estados una serie de obligaciones positivas para generar las condiciones que permiten su libre ejercicio y, además, imponen límites al poder del Estado: su actuar y el de los gobiernos tiene un freno connatural en los derechos de todas las personas. “Esta concepción es la que separa a un Estado democrático de otro que no lo es (…) El Estado ecuatoriano no solo posee dichas reglas y principios, sino que son el fundamento de su accionar tanto en el mandato constitucional como, por supuesto, en la labor diaria de quienes tienen el deber y la tarea de velar por la seguridad y el orden interno”, expresó el presidente Moreno.

Respecto a la jornada de movilizaciones que vivió el país en el pasado mes de octubre, fue enfático al afirmar que la actuación del Estado ecuatoriano para resguardar los derechos de los ciudadanos requirió el uso de la fuerza, y aclaró que “nuestros hermanos uniformados lo hicieron [uso de la fuerza] observando estrictamente las reglas a las que se encuentran sometidos. ¡Jamás dispararon!”. Agregó que por esta razón, y porque “nada tenemos que ocultar”, fue el propio Gobierno quien invitó a la CIDH y a la oficina del Alto Comisionado para que enviaren misiones a indagar estos hechos.

Además, cuestionó que las violentas manifestaciones -que nunca habían tenido tal magnitud en el país- pusieran en riesgo la democracia pues “estuvo en riesgo acaso lo más preciado y sagrado que tenemos, que son los derechos humanos, los derechos humanos de toda la sociedad ecuatoriana (…) Lo que el país presenció fue un alto, un elevado grado de violencia. Una violencia organizada, sistemática, con la clara intención de romper el Estado de derecho y la democracia”.

El Presidente reflexionó sobre las decisiones tomadas ante la situación vivida, actuando en el marco de la Constitución, los derechos humanos y los principios del Gobierno de Todos. Con el pueblo que expresó su inconformidad y disenso, el Gobierno está dialogando y ya se han acordado varias medidas, y con quienes delinquieron se están siguiendo todos los procesos conforme al derecho. “Hoy podemos asegurar que tras aquellos días -que difícilmente se borrarán de las memorias de los ecuatorianos-, Ecuador ahora transita por el camino de la tranquilidad, por el camino del diálogo y la recomposición de la convivencia pacífica. (…) No estamos dispuestos a sacrificar nuestra democracia en ninguna circunstancia”, aseveró.

Para finalizar su intervención, el Gobernante insistió en que su decisión de derogar las medidas económicas, que permitirían sanear la economía nacional, no fue una derrota política, sino que “fue el triunfo rotundo de la paz y de la democracia. Ceder no es perder. Ceder por la paz (…) es tener un profundo respeto por la vida de la gente”.

En la ceremonia también participó el ministro de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana, José Valencia, quien destacó la complacencia del Gobierno Nacional al albergar por primera vez una sesión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH ) en el país y recalcó que la presencia de este organismo surge por el reposicionamiento del Ecuador alcanzado en el escenario internacional, en donde ha demostrado independencia, pragmatismo y dignidad, además de desmarcarse de afinidades ideológicas “en busca de priorizar los intereses y principios que guían la acción internacional del Ecuador”. Resaltó la aplicación y defensa de las libertades democráticas, y el respeto y promoción de los derechos humanos en el país.

Por su parte, Esmeralda Arosemena, presidenta de la CIDH, destacó el trabajo del organismo en el desarrollo de leyes y políticas encaminadas a la protección de los derechos humanos. Resaltó los avances logrados en el continente y reafirmó el compromiso de seguir velando por la protección de esos derechos, separando las acciones de cualquier ideología política. Enfatizó la consigna de imprimir en la sociedad valores encaminados a la búsqueda de la justicia y verdad.

El Gobierno Nacional cumple con las normativas vigentes para el estricto respeto a los derechos humanos. Es derecho de toda persona expresar su opinión, decir lo que piensa, y es obligación de todo gobierno el escucharle. Por ello, rechaza la violencia y define el diálogo como el mejor camino para la búsqueda de consensos y propuestas que permitan buscar soluciones a las problemáticas políticas del país.

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