Tres de cada 100.000 ecuatorianos reciben una herencia mayor a los 50.000 dólares

Quito, 10 de junio de 2015
Quito (Pichincha).- Si usted recibe de sus padres medio millón de dólares líquidos de herencia –es el único beneficiario directo, mayor de edad y no existe una casa de por medio– deberá cancelar un monto máximo de 101.435 dólares.
Este es el escenario más extremo y que demuestra que la Ley de Redistribución de la Riqueza no está hecha para afectar a la mayoría de ciudadanos, incluso no será un problema para los sectores pudientes, peor para la clase media y ni pensarlo para los pobres.
Un análisis del Servicio de Rentas Internas (SRI) evidencia que en el Ecuador apenas tres de cada 100.000 personas reciben una herencia mayor a los 50.000 dólares. Es decir, recibir una herencia superior es inimaginable para la gran mayoría de ecuatorianos.
Las cifras no mienten. En el mismo registro del SRI se evidencia que apenas 86 ecuatorianos recibieron herencias superiores al medio millón de dólares en los últimos cuatro años. Sin embargo, el Gobierno detectó que una herencia de 200 millones de dólares tan solo pagó 200.000 al fisco, evadiendo los controles del Estado. Desde ahí nace la necesidad de crear la Ley de Redistribución de Riqueza.
El impuesto para las herencias no es nuevo, rige casi un siglo, entró en vigencia en 1927. Pero la antigua norma tenía vacíos –como el que exista una tarifa única del 5% para todo tipo de herencia–, rompiendo con todo principio de justicia social puesto que las grandes herencias tributaban igual que las pequeñas.
Este Gobierno hizo progresivo al impuesto, cumpliendo con el principio constitucional y principio básico de justicia social: el que menos hereda menos paga (o no paga). Ahora la intención es la misma, que las grandes fortunas paguen lo que es justo. CIT / El Ciudadano
Tomado de El Ciudadano
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