Carta a Washington Post
Un editorial de The Washington Post sobre la libertad de prensa en el Ecuador (“Ecuador’s autocrat cracks down on media freedom”, de 28 de julio) pasa por alto aspectos importantes de la demanda entre el presidente Rafael Correa y El Universo, además, describe incorrectamente la escena de los medios de comunicación en nuestro país.
La libertad de prensa está viva y saludable en Ecuador. Muestra de ello, es que 35 periódicos circulan diariamente en nuestro país, un país con una población similar a la de Illinois. Hay 890 estaciones de radio, ocho canales de televisión de alcance nacional bajo gestión privada, y decenas de estaciones locales de televisión están, ampliamente disponibles en todo el país.
Recientemente, muchos estadounidenses se han indignado al ser testigos del escándalo periodístico en torno a las publicaciones de Rupert Murdoch, en Londres. Al igual que Murdoch, el columnista Emilio Palacio, y los editores de El Universo demostraron un flagrante desprecio por el periodismo responsable, eligiendo, en cambio, centrarse en ataques sensacionalistas, sin fundamento, y luego, ante la demostración de la falsedad de sus acusaciones, se han negado a retractarse.
Me permito aclararles que el proceso en contra de los directivos de Diario El Universo no está amparado bajo la figura de desacato, sino como injuria calumniosa. En el artículo escrito por Emilio Palacio, el pasado 6 de febrero, constan expresiones que lesionan el honor, el buen nombre y la dignidad no sólo personal sino pública del Primer Mandatario. En su editorial se cuestiona la ley empleada en el proceso judicial tachándola de “arcaica”, por tanto, si ustedes conocen un mejor precepto legal, los conmino a indicar cuál, nos gustaría escucharlos.
En el editorial se hace mención a los contratos de Fabricio Correa con el Estado, al respecto, les recuerdo que fue este Gobierno el primero que tomó la decisión de suspenderlos, de forma inmediata, al descubrir la anomalía en la cual se incurrió, mucho antes de que los medios de comunicación lo convirtieran en un escándalo.
El Ecuador valora el debate público reflexivo y entiende que los medios de comunicación privados desempeñan un papel fundamental e insustituible en nuestra nación. Pero en el editorial del Sr. Palacio, sin fundamento, se acusó al Presidente de “dictador” y autor de “crímenes de lesa humanidad”, alegando, sin pruebas, que ordenó disparar contra un hospital. Mientras que en el editorial que ustedes publican se utiliza el eufemismo para sintetizar las acusaciones de Palacio como una “crítica del comportamiento (de Correa)”. Por tanto, el trabajo de Emilio Palacio puede ser llamado, más precisamente, como una campaña de desprestigio. Eso no es parte de la expresión periodística valiosa que mejora el discurso público.
Este tipo de publicaciones, que no se acercan a la verdad, lo que hacen es desinformar a sus lectores. Estoy seguro que ese tipo de aseveraciones, así como las calumnias expresadas por Emilio Palacio en su artículo de opinión, son impensables en los Estados Unidos.
Todas estas acotaciones las hago con el afán de informar, de forma directa, sobre el acontecer nacional en el Ecuador.
Versión corta publicada en el Washington Post de 1 de agosto de 2011: Ecuador values a free, responsible news media